Existen diferentes soluciones sencillas que te permiten mejorar el rendimiento de tu vehículo. Uno de los principales son los aditivos que se añaden al combustible. Además, hay otros beneficios que pueden brindarte, como mejorar la caja de cambios o el estado de tu motor. En este post de Talleres AGM conocerás sus principales funciones y los tipos que puedes encontrar.
Principales funciones de los aditivos
La Unión Europea es realmente exigente a la hora de ofrecer combustibles que sean aptos para todo tipo de coches, ya sea la gasolina o el diésel. Sin embargo, para mejorar el nivel de calidad es posible añadir extras que cumplen diferentes funciones. Estos productos químicos son capaces de mejorar el rendimiento del motor. Cuando te pongas al volante, notarás que la aceleración es mucho más fina.
Esto se consigue gracias a ofrecer una combustión más eficiente y una lubricación de los inyectores que consigue una mejor limpieza. Al mismo tiempo, se reducen las posibilidades de haber corrosión en la unidad de potencia. No debes perder de vista que también conseguirás reducir el consumo de combustible de tu coche. Esto, además de aumentar la autonomía, también te permitirá reducir los costes mensuales que puedas tener en repostajes.
De esta forma, de manera indirecta, estos aditivos se convierten en un complemento muy importante para los diferentes combustibles que se comercializan. Adicionalmente, estas fórmulas químicas no paran de mejorarse con el tiempo, lo que contribuye a que tengas más opciones disponibles.
Los tipos mayoritarios que tienes a tu disposición
Por otro lado, no puedes perder de vista cómo se clasifican este tipo de sustancias. Los principales y más destacados son los siguientes:
- Estabilizadores de gasolina: Mediante este podrás conseguir reducir la evaporación atmosférica de la gasolina, reduciendo su consumo.
- Antioxidante: Es capaz de retardar el proceso de oxidación del aceite, junto con la posible formación de residuos, consiguiendo una mayor durabilidad de la unidad de potencia.
- Inhibidor de corrosión: A través de este inhibidor, también es posible conseguir que las piezas del coche se mantengan en buen estado por un mayor período de tiempo.
- Antiespumante: Funciona tanto para diésel como gasolina y evita la creación de burbujas que afecten al circuito de lubricación reduciendo las posibilidades de oxidación.
- Anticongelante: Es especialmente importante si tienes costumbre de circular en bajas temperaturas. Ayuda a evitar que se congele el lubricante.
- Limpieza de inyectores: La higiene y el mantenimiento de los pistones, las válvulas o los cilindros son de vital importancia. Gracias a esta sustancia, podrás alargar su vida útil.
- Antifricción para aceite del motor: A partir de sus propiedades, puedes llegar a mejorar las habilidades de lubricación de tu motor. De esta forma, se consigue reducir la fricción y el desgaste de todas las piezas a partir de la creación de una fina capa de protección.
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Otra de las opciones que no debes perder de vista es el protector directo del sistema de inyección. Aporta lubricación, protegiendo los depósitos de combustible y mejorando el funcionamiento de tu vehículo. Como conclusión, los aditivos juegan un papel fundamental en la vida útil de tu coche y también ayudan a mejorar el rendimiento de tu motor y a reducir el combustible. Su uso está muy extendido y es altamente recomendable.
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