Igual que el ser humano toma unas medidas durante los meses de invierno para combatir el frío como puede ser abrigarse, encender la calefacción o tomar bebidas calientes, nuestro coche también ha de seguir unas pautas para protegerse del frío, algo que permitirá evitar determinadas averías y prolongar su vida útil. En Talleres AGM te queremos dar una serie de consejos para hacer que tu coche combata el frío de la mejor manera.
La batería
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La batería es uno de los elementos de tu coche que puede acusar el frío tanto que puede dejar de funcionar. Para evitar que la batería de tu coche no arranque tras una noche de fuertes heladas es importante revisar su antigüedad. Debes saber que una batería tiene una vida útil de cuatro años. Por consiguiente, es posible que, con el tiempo, se vaya descargando. Por lo tanto, tienes que estar atento a cualquier contratiempo que detectes para anticiparte. No olvides que, si ya está fallando, una helada puede ser suficiente para que deje de funcionar. Y, si no puedes mover tu automóvil ni encender la calefacción en medio de una nevada, te vas a arrepentir.
Problemas de motor
Hay días en que a tu motor le cuesta arrancar. Especialmente los días de frío. La mecánica requiere de un tiempo para adaptarse a la temperatura necesaria para el arranque. En este sentido, las prisas son malas consejeras y dar acelerones no te va a facilitar el arranque, sino todo lo contrario. Así que, para que los líquidos del coche se vayan calentando progresivamente, te conviene que calientes el motor al ralentí. Espérate, por tanto, cinco minutos antes de ensayar tu arranque habitual.
El Aceite
A bajas temperaturas los líquidos se vuelven más densos, entre ellos el aceite utilizado para lubricar el motor. Es aconsejable utilizar un aceite de motor que sea multigrado para que pueda mantener su fluidez en invierno. Vigila su grado de viscosidad antes de elegir el aceite adecuado para tu coche y no sufrir problemas ante bajas temperaturas.
Líquido refrigerante
Otro factor determinante para no comprometer la seguridad en un vehículo congelado es el del control de los niveles del líquido refrigerante. Pero no solo se trata de que el circuito cuente con la cantidad suficiente, sino también de que estos fluidos se encuentren en un estado óptimo y no contengan suciedad. Si su color es vivo, puede resistir antes de congelarse incluso a -20 °C. Sin embargo, si lo ves demasiado oscuro o traslúcido, ya no te va a servir.
Y te informamos también de que al menos cada lustro tienes que purgar el circuito de estos líquidos. También vas a tener que limpiar los filtros del radiador. De este modo, la calefacción funcionará correctamente y evitarás que la humedad cale en el interior.
Limpiaparabrisas
Intenta, por otro lado, no dejarte los limpiaparabrisas pegados al cristal por la noche. Las gomas se podrían romper, como sucede con otras del automóvil (como las de los burletes, si no las renuevas cuando se empiezan a deteriorar). Aparte, el agua caliente no funciona, precisamente, bien para despegarlos. Resulta, en este aspecto, mucho más útil el alcohol.
Otra recomendación a retener es la de cambiar tus neumáticos convencionales por unos de invierno (si vives en zonas muy frías) o al menos 4 estaciones. Gracias al diseño de estas ruedas, tu distancia de frenado disminuirá un cuarto en estas condiciones, lo cual es decisivo para evitar siniestros.
Pero, además, hay otros consejos que tienen que ver con tu preparación personal del viaje bajo temperaturas frías. Carga el móvil al máximo y coge mantas, por si te quedas retenido en una carretera cortada. Las cadenas, por su parte, te permitirán circular sobre superficies nevadas. Y un arrancador de emergencia o las pinzas para la batería te van a facilitar arrancar en contextos complicados.
En definitiva, una revisión a conciencia de los elementos fundamentales del vehículo y tu buen criterio para salir a la carretera son los dos requisitos oportunos para protegerte del frío en la conducción. No demores tu visita al taller y redobla tu precaución en carretera.
