Dentro de la categoría de coches híbridos, existen dos tipos claramente diferenciados: los híbridos eléctricos y los enchufables. A continuación, desde Talleres AGM exploraremos las características distintivas de cada uno. Sigue leyendo…
La tecnología de los coches híbridos
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Los coches híbridos son conocidos por su capacidad de funcionar mediante la combinación de varias tecnologías, especialmente a través de dos tipos de motores: uno de combustión y otro eléctrico. La autonomía de este último, así como el método de recarga, hacen que existan varias clases de híbridos. También el tipo de batería puede ser diferente al de los coches convencionales, aunque no siempre. Las principales diferencias que encontrarás entre los híbridos enchufables (PHEV) y los eléctricos (HEV) son las siguientes:
Alimentación eléctrica
Los PHEV necesitan ser enchufados a la corriente eléctrica y cargar así su motor, lo que les brinda bastante autonomía. En algunos casos, se pueden recorrer hasta 50 kilómetros de forma eléctrica.
En el caso de los HEV, esta recarga se hace de forma automática, a medida que el coche está en funcionamiento. La desventaja con respecto a los otros es que la autonomía es mínima (de unos minutos) y depende 100 % del motor de combustión. No obstante, en este último caso se logra ahorrar algo de gasolina con la ayuda del motor eléctrico.
El motor recargable
En los coches híbridos convencionales, el motor eléctrico se va recargando a medida que el coche está en marcha y, además, se usa de forma inteligente. Por ejemplo, cuando no rebasas cierta velocidad, el propio motor entra en funcionamiento y se recarga. Esto no ocurre con los enchufables, ya que su uso depende de que lo hayas conectado a la red eléctrica.
Las emisiones de CO₂
Los PHEV son mucho más sostenibles que los HEV, ya que emiten menos gases nocivos a la atmósfera. Concretamente, los primeros liberan unos 30 gramos por kilómetro, mientras que los segundos expulsan alrededor de 120 gramos.
Por todo ello, ambos modelos tienen etiquetas diferentes de la DGT. Mientras que los enchufables tienen la de Cero Emisiones, que es la que más valorada está, los convencionales cuentan con la de Eco. A día de hoy, ambas tienen amplias ventajas con respecto al resto de etiquetas de circulación, pero en algunos ayuntamientos, las Cero Emisiones disponen de más beneficios.
El consumo de combustible
Evidentemente, un híbrido convencional gasta más gasolina (o gasoil) que un enchufable, ya que tiene menos autonomía eléctrica. Así, el HEV puede consumir unos 5 litros cada 100 km, mientras que el PHEV no llegaría a los dos litros.
¿Cuál elegir?
A la hora de decantarse por un sistema u otro habrá que tener en cuenta las necesidades que tengas y los usos que le vayas a dar. Por ejemplo, los híbridos convencionales son ideales para usar dentro de la ciudad, ya que ahorrarás combustible al no ir muy rápido y no dependerás de tener que enchufarlo.
Por otra parte, para los trayectos largos, es mucho más eficiente y económico optar por un enchufable. Recorrerás muchos kilómetros sin tener que gastar ni una gota de gasolina y, cuando el eléctrico se agote, siempre tendrás el otro motor para seguir. Además, cada vez hay más puntos por la geografía española donde podrás recargarlo de nuevo.
En definitiva, en el mercado encontrarás coches híbridos de muchos tipos. La tecnología que usen, sobre todo en relación con sus motores, marcará la diferencia entre unos y otros. Los híbridos eléctricos cuentan con batería recargable, mientras que los enchufables tienen más autonomía, pero necesitan alimentarse en la corriente eléctrica. Cada uno tiene sus ventajas y desventajas con respecto al otro. Serás tú quien elija en función de tus necesidades.